Primero escuché o leí al pasar, no lo recuerdo bien, que en Tucumán se llevaría a cabo un supuesto “encuentro” sobre Infancias trans, que sería apoyado por la Legislatura. Y digo que escuché o leí al pasar, no porque este tema no me interesara, sino por el nivel de violencia y la argumentación tan básica y rudimentaria que los detractores esgrimían para silenciar las voces que intentan visibilizar a los verdaderamente afectados: las infancias trans. La carta del Dr. Jorge Lobo Aragón (LA GACETA, 08/10), abrió la puerta para dejar ingresar la luz, no aquella “luz Divina” que algunos utilizan para imponer límites o prohibiciones cuando se quedan sin argumentos, sino aquella que nace de la información al alcance de todos. El 09/10, una nota específica de LA GACETA sobre el tema, terminó de aclarar que, lo que realmente sucederá en Tucumán, será el “Congreso Global de Infancias Trans: desafíos y posibilidades”, aportando opiniones de profesionales en la materia, algunos con una mirada positiva, otros con una negativa, pero fundamentados en la ciencia; la biología y la psicología (como corresponde) y no en mandatos religiosos. La clave -indica la mayoría de los profesionales- es la escucha y el acompañamiento de las infancias, cuando sienten estar habitando un cuerpo que no refleja lo que su espíritu indica. Y seguí uniendo palabras, buscando información de todo el mundo y conociendo casos, llevándome todos los caminos al punto neurálgico de aquella encrucijada en la que chocan las posiciones a favor y en contra: unas, buscan la igualdad de condiciones para obtener información y sabiduría antes de tomar una decisión; otras, plantan bandera en Dios y en sus creencias, sin intentar informarse y sin permitir que otros lo hagan. En su carta del 10/10, el Lector Santiago Paz plantó bandera, negando derecho y salud, y acusando la argumentación del Dr. Lobo Aragón como “aberrante”. Escuchar y acompañar, es la posición que asumimos muchos; silenciar y abandonar, es la que asumen otros. En un congreso se informa y se debate, Sr. Paz, no se planifica una agenda de mutilaciones y hormonización, como malintencionadamente lo plantea Ud. Y celebro que la Legislatura acompañe este congreso, porque es el Estado el que debe ampliar derechos y garantizar la igualdad de oportunidades, en nombre de la Constitución y tratados internacionales, no en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Javier Ernesto Guardia Bosñak 

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